Nace en
Kalischt (Bohemia) el 7 de julio de 1860 en el seno de una familia judía humilde. En 1875 ingresa en el Conservatorio de Viena para estudiar piano con Epstein, armonía con Robert Fuchs, y composición con Franz Kreen. En 1878 completa sus estudios en la Universidad de Viena, donde atiende clases de Historia y Filosofía, así como a algunas de las lecciones que impartía Anton Bruckner.En
1880 inicia su carrera como director de orquesta que le llevan a los siguientes lugares:*
1880: Director de la orquesta del teatro de verano de Bad Hall en la Alta Austria.Director de la orquesta del Landestheater de
Laibach.Director de la orquesta del Stadttheater de
Olomuc.*
1883: Maestro de coro de la ópera italiana del Carltheater. En el mismo año obtiene un puesto de director de coro en Kassel.*
1885: Director de orquesta en el Deutsches Landestheater de Praga*
1886: Director de la orquesta del Stadttheater de Leipzig, donde coincide con Arthur Nikish. Durante su estancia en Leipzig tendrá la oportunidad de coincidir con P.I. Tchaikovsky y Richard Strauss.*
1888: Director de la orquesta del Teatro Real de Budapest. Durante esta estancia estrena su Sinfonía n. 1*
1891: Director del Stadttheater de Hamburgo.*
1892: Gira de conciertos por Inglaterra.*
1897: Kapellmeister de la Hofoper de Viena.*
1898: Gira de conciertos por el este de Europa, llegando hasta Rusia. Al volver a Viena se hace cargo del ciclo de conciertos de Hans Richter.*
1907: Debido a las corrientes antijudías imperantes en Viena, Mahler abandona su puesto y decide aceptar una oferta para dirigir en la Metropolitan Opera de Nueva York.En
1902 contrae matrimonio con Alma Schindler, alumna de composición de Zemlinsky. Las relaciones fueron relativamente difíciles, y en este contexto se realiza la visita de Gustav Mahler a Sigmund Freud.El 18 de mayo de
1911 muere en Viena a los 50 años de edad .Curiosamente, Mahler fue más apreciado en vida como director de orquesta que como compositor. En esta última faceta se le criticaba su exageración en el tiempo de duración de las obras -por encima de los 45 minutos-, así como su tremendismo musical. De lo que opinaban sus contemporáneos sólo nos interesa lo que respecta a la dirección orquestal -porque no existen grabaciones que nos permitan hacernos una idea propia de dicha actividad. Sabemos que sentía preferencia por las ópera de
Mozart y Wagner, y una desmesurada debilidad por el Der Freischütz [El cazador furtivo] de Weber. También sabemos de su gusto por acercarse a las obras que dirigía no como intérprete, sino como creador. En este aspecto el público lo acusaba de poco respeto por la escritura musical. En lo que respecta a su actitud hacia los músicos, parece ser que se caracterizaba por la exigencia extrema con ciertas dosis de tiranía.Sus composiciones primeras nacen de la fuente del romanticismo alemán y de la influencia de
Richard Wagner, lo que le hacen poner el acento en el uso de la masa orquestal, que Mahler manejará con maestría desde las obras tempranas. Así son sus primeras obras importantes: Das Klagende Lied, Lieder und Gesänge y Lieder Eines Fahrenden Gesellen, donde por vez primera un ciclo de lied alcanza un desarrollo de proporciones sinfónicas. Es obvio citar a este respecto la influencia de la música de Hector Berlioz. Con todo, no debe pensarse en Mahler como un orquestador a bulto, repartiendo recursos orquestales efectistas a lo largo de la obra. Por el contrario, encontramos en él a uno de los más finos orquestadores de la historia de la música, poniendo el color orquestal al servicio de la idea global.Otra de las marcadas características de las primeras obras es la
estrategia tonal. Su uso de la tonalidad es libre, pero siempre de un hondo significado. Incluso en el encorsetado lenguaje sinfónico, Mahler encuentra la posibilidad de introducir modulaciones extrañas que tienen un significado sólo con respecto a la idea generatriz del conjunto.Estas serán las bases del desarrollo posterior de su obra, sin olvidar el punto fundamental: en Mahler todo nace de la idea externa que estructura la obra. Esta idea externa sufre un proceso de sutilización a lo largo de las obras posteriores, pasando de la presencia evidente de los lieders primeros a la mera presencia
virtual en las grandes sinfonías finales, que al estar más fundamentadas en sólidas bases contrapuntísticas necesitan menos sostén exterior.