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Nace en
París el 10 de noviembre de 1668, para diferenciarle de los otros miembros familiares también músicos -como su padre, Charles- se le sobrenombra el grande. Estudia música, clavecín y órgano en círculos familiares parisinos, así como con el famoso organista Jacques Thomelin. Allí adquirirá desde joven, una extraordinaria solidez contrapuntística, así como pondrá de relieve su extraordinario talento melódico En 1685 es ya organista de St. Gervais, en sustitución de Richard Delalande, que ocupaba el cargo de forma interina tras la muerte del padre de Couperin, ya que dicho puesto era hereditario. Precisamente Couperin años después lo legaría a una de sus hijas. Cuatro años después, en 1689, obtiene la licencia para poder imprimir su música, el mismo año que contrae matrimonio con Marie Ansault con la que tuvo cuatro hijos. Desde 1693 es Organista del Rey, dos años después es el músico preferido para impartir lecciones musicales en ambientes de la nobleza, ganándose paulatinamente el favor real. En 1702 obtiene cartas credenciales de nobleza, siendo nombrado Caballero de la Orden de Letrán.A partir de
1723 la enfermedad le hace abandonar sus cargos públicos. Ese mismo año cede su puesto en St Gervais a su hija, y en 1730 abandona el cargo de organista real. Muere en París el 11 de septiembre de 1733Couperin es la creación de una síntesis entre el estilo italiano y francés. Del estilo italiano, representado por Corelli y Carissimi, toma el gusto por la expresión concretada a traves del cromatismo, la brillantez y la energía rítmica mientras que del estilo francés adopta, representado por Lully, el gusto por lo grandioso y elegante. En Couperin, lo francés sobresale a lo italiano, pero sin sofocarlo. Otro de los elementos que hacen imprescindible a Couperin en la historia de la música, es el de haber sido el introductor de la sonata en Francia. En su música para teclado, casi siempre en forma binaria, rondeau o chaconne, descansa lo mejor de su producción. Allí se encuentra una escritura expresiva que trata de conmover al oyente a través de excelentes retratos sonoros de personas y situaciones. Además se pone de relieve su maestría ornamental.