Visual Rondo 98: Ejemplo de biografía
Hector Berlioz
(1803-1869)
Nacido en el seno de una
familia burguesa sin antecedentes musicales dignos de mención
el 11 de diciembre de 1803 en Côte-Saint-André, cerca
de Grenoble (Francia), Louis Hector Berlioz era el primogénito de
Louis-Joseph Berlioz (1776-1848), medico rural en La Côte-Saint-André,
y de Marie-Antoinette-Josephine Marmion. Su padre, de espiritu liberal
e inclinado hacia las artes literarias será el que le instruya
en los principios elementales de la música, guiándolo
hacia el aprendizaje de la flauta, estudios que fueron completados
por un modesto profesor de música de apellido Imbert.
Su sucesor -Dorant- inició a Berlioz en el arte de la guitarra
y en el de la composición, quedando como demostración de
sus progresos, el romance Le Depit de la Bergee, reutilizado después
en Béatrice et Benedict. A ello, además, unió el que
de forma completamente autodidacta estudiara armonia a través de
los tratados de Rameau y Catel.
En 1821 Louis-Joseph
decide que su hijo sea su sucesor en el dispensario clínico
de La Côte, por lo que es preciso que inicie sus estudios
de medicina en París. La capital abrirá a Berlioz las puertas
de la música, pero al precio de cerrarle las de medicina
de una forma prácticamente simultánea: la asignación
de que disponía era dilapidada en asistir a todas las
representaciones de obras de Gluck -que será ya para siempre su
compositor de ópera preferido- y Spontini que se realizaban en la
capital gala. Sin el consentimiento paterno, en la misma época toma
lecciones particulares con Lesuer, iniciándose en la tradición
operística francesa, menos por las virtudes de ésta que por
la exposición de los defectos de la ópera italiana, convirtiéndose
Rossini en el centro de las críticas
de Leseur y postertiormente del propio Berlioz.
Ya hacia 1822 la
familia Berlioz dió por perdidas las esperanzas en la carrera médica
de su hijo y tomó la determinación de retirarle la asignación
económica al joven músico, que asistía a clases
en el Conservatorio de París, institución que abandona por
discrepancias con Reicha, incorporándose al Movimiento Romántico.
En estas difíciles circunstancias, compuso Berlioz una ópera,
un oratorio, un drama y una misa, conservándose actualmente algunas
partes de esta última, que fue representada el 10 de junio de 1825.
Insatisfecho con los resultados
obtenidos dirigió sus esfuerzos a la creación de una
gran ópera en la línea de Gluck y Spontini -a los que
no consideraba técnicamente superiores a él-. Así
comienza la composición de Les Francs-Juges que tiene enormes dificultades
para ser representada y que acaba siendo destruída por el compositor,
que en última instancia decide salvar la espléndida obertura,
no obstante, adquiere gran reputación como escritor pero sólo
a partir del estreno de su misa se le comienza a tener en cuenta
como compositor.
Al año siguiente,
1826, vuelve al Conservatorio donde sigue recibiendo las lecciones
de Leseur, aunque con la oposición de Cherubini a su reingreso,
y comienza el estudio de la composición y la fuga con Antonin Reicha.
La época no es fácil: imposibilidad de conseguir editor para
sus obras, falta de perspectivas para representar sus obras, nula
técnica pianística como para impartir lecciones del
instrumento más solicitado, todo ello desemboca en una crisis
económica de la que Berlioz sólo logra salir cuando en 1830
consigue el Premio de Roma de composición.
La consecución
de este ilustre premio, que da lugar a una pensión económica
durante cinco años y a un período de dos años ampliando
estudios musicales en Roma, se había convertido en una
obsesión para un compositor agobiado por las penurias económicas.
El primer intento data de 1826, en 1827 presenta una cantata
sobre La Mort d'Orphee, en 1828 obtiene el segundo premio con la cantata
Herminie, 1829 da peores resultados con una cantata sobre la muerte
de Cleopatra. Y por fin en 1830 consigue el primer premio con la
cantata Sardanapale, cuya música era repulsiva al compositor
pero era la única forma de superar los criterios ultraconservadores
del jurado romano.
Mientras tanto, conoce en
1827 a la seductora actriz irlandesa Harriet Smithson caracterizada
de Ofelia en una representación parisina del drama shakesperiano.
Hasta 1832 -y veremos en qué circunstancias-, Berlioz sólo
recibiría negativas de la diva ante sus propuestas amorosas.
En 1829 da a conocer
su Opus 1, se trata de Huit Scénes de Faust, inspirada en una lectura
reciente de la obra de Goethe. Partes de la obra fueron interpretadas el
1 de noviembre en París, pero al no quedar satisfecho, decidió
retirar la partitura, que ya había sido impresa.
Agobiado por la situación
económica -queda aún un año para ganar el Premio de
Roma- ve en las lecciones de guitarra la única vía
de saldar las innumerables deudas. En sus memorias, el
compositor no dudará en juzgar esta época como la peor de
su vida.
El descubrimiento en 1828
de las sinfonías de Beethoven unida a la pasión desaforada
por la actriz irlandesa, desembocaron en la composición en
1830 de la Sinfonía Fantástica, donde el compositor
relata los ensueños y pasiones de un artista enamorado. Como si
la composición de la sinfonia le hubiese despertado de un
sueño, Berlioz transfirió sus pasiones amorosas a la
joven pianista Camille Moke, con la que llegó a planificar la boda
una vez obtenido el Premio de Roma en 1830. Pero la consecución
de dicho premio habría de traerle al compositor no pocos perjuicios,
ya que en estricto cumplimiento del reglamento del premio, debía
permanecer dos años en Italia perfeccionando sus estudios musicales.
En aquel país conoció a Felix Mendelssohn, con el que no
mantuvo una relación especial.
También conoció
el país, que le proporcionó el contexto de Harold en Italia.
Por último, conoció la decisión de Camille de romper
la promesa matrimonial para casarse con Camille Pleyel. Durante varios
días urdió un plan consistente en asesinar a la madre de
la novia, a Pleyel, a la propia Camille y finalmente suicidarse -en el
acto romántico por excelencia. Afortunadamente el plan no pasó
de la fase de preparación y con el tiempo, Berlioz volvió
a llenar su pensamiento con música. Primero compuso Lelio o el Retorno
a la Vida y a continuación las oberturas del Rey Lear y de Rob Roy.
A su regreso a París
-noviembre de 1832- Berlioz era ya un compositor con un nombre
en el panorama musical europeo, aunque no era París -ni lo
será en vida del compositor- la ciudad que con más
fervor lo aclame.
El simple encuentro
con Harriet Smithson en la capital francesa le hicieron revivir las ilusiones
de antaño y volvió a concebir la esperanza de ser correspondido
por la exhuberante actriz. Varias amenazas de suicidio por parte de Berlioz
fueron suficiente para que la actriz diera su consentimiento matrimonial,
que se materializó en la boda del 3 de octubre de 1833.
Fruto de la relación nació Louis, el único hijo del
compositor. Este fue el único fruto de un matrimonio desgraciado.
En 1834 se estrena
Harold en Italia, un encargo de Paganini que deseaba un concierto virtuosístico
para viola y se encontró con una sinfonía con alto solista:
Obviamente se negó a estrenarla, pero el sentimiento de culpa por
este desprecio le llevó a conceder a Berlioz la suma de 20.000 francos
en 1837.
Dos años después
de este incidente, durante la composición de Benvenuto Cellini -1836-
finaliza la pensión proporcionada por el premio de Roma. A punto
de entrar en una nueva quiebra económica, encuentra su tabla de
salvación en las labores de crítico musical que ejerció
en La Gazette Musicale y en Renovateur. Al año siguiente recibe
el encargo del Ministerio del Interior para componer un Requiem. Una vez
finalizada la obra, los encargantes quisieron desentenderse de la
remuneración y del estreno de la misma, pero gracias a las continuas
y airadas protestas del compositor -ahora desde los medios de comunicación-
logró cobrar y estrenar la obra el 5 de diciembre de 1837
en París.
En septiembre de 1839 concluye
Romeo y Julieta, en una época de desahogo económico gracias
a la ayuda antes mencionada de Paganini. La obra fue estrenada en
el Conservatorio el 24 de noviembre y repetida varias veces
hasta final de año. En una de las interpretaciones estuvo presente
Richard Wagner, que quedó prendado por la música de Berlioz.
La siguiente obra, la Gran Sinfonía Fúnebre y Triunfal, obedeció
a un encargo del gobierno de poner música al décimo aniversario
de la revolución de 1830. Los festejos iban a coincidir con el traslado
de los cuerpos de los caídos en la lucha a un nuevo mausoleo en
la Plaza de la Bastilla. Fue el propio compositor quien dirigió
a la banda y luego a la orquesta aquel 28 de julio de 1840.
A partir de 1842
serán cada vez más frecuentes las salidas del compositor
al extranjero, visitando países que le mostrarán una admiración
como el compositor nunca esperaba, a tenor del trato indiferente
que recibía en París. Las giras le reportaron no poco dinero
y muchas ideas musicales, fruto del contacto con la nueva música
que se interpretaba en Alemania y Austria. De esta forma nació
La Condenación de Fausto, que fue estrenada sin incidencias en París.
Este desinterés parisino en su obra, unido a las solicitudes
de visita que le realizaban muchos países europeos, hicieron que
el compositor se ausentara cada vez con más frecuencia de su país.
En 1847 viajó por Rusia e Inglaterra, donde recibió
varias ofertas de conservatorios y orquestas para ejercer allí su
magisterio. La mayor parte de su obra comienza a editarse en todos los
paises europeos. A su vuelta (1848), recibe la triste noticia de
la muerte de su padre.
Pero Berlioz, aún
empeñado en continuar en Francia, y para activar su música
en París, crea en 1850 -sin éxito- la Société
Philharmonique, que sólo sobrevivió un año. Aumenta
la soledad del compositor: su hermana Nanci muere ese mismo año.
Dos años después -1852- acepta dirigir los conciertos
de la New Philarmonia Society en Londres y además realizó
sus ya habituales giras por Alemania.
En 1854 fallece Harriet
Smithson -para el compositor no significaba nada al menos desde 1842-
y en el verano contrae Berlioz matrimonio con Maria Recio, con la que mantenía
relaciones desde hacía una década. Son años de escasa
producción (1852-1857) hasta que en 1858 se embarca en la
composición de la ópera Les Troyens, que requirió
de cinco años de arduas gestiones y súplicas para poder ser
estrenada en París. Incluso pudo asistir previamente al estreno
de Beatrice et Benedict, compuesta después de Les Troyens.
Aún así, nunca pudo asistir Berlioz al estreno completo de
su ópera, ya que en 1863 sólo se representó
completa la segunda parte (Les Troyens à Carthague, fue el título
que se le dió en aquella representación), siendo
resumidos los dos primeros actos, que a partir de entonces se conocieron
como La prise de Troie.
Después
de la muerte en 1867 de su hijo Louis (7 años antes había
fallecido su hermana Adèle), el compositor se sumirá en una
depresión de la que no se recuperará. Aún con
esto, no renunció a una gira por Rusia en 1868,
en la que conocería a un Tchaikovsky de 27 años. Al
año siguiente, el 8 de marzo fallecía Berlioz en la rue de
Calais de París. Sus restos fueron sepultados en el cementerio de
Montmartre.
Estilo
Como compositor apasionado,
e incluso ardiente cuando la causa lo merecía, no dudó
en anteponer la defensa de sus ideales a los beneficios materiales
que pudiera obtener de tener una postura más acomodaticia. No en
vano, sus agrias críticas a Fetis y Cherubini en defensa de
la música de Beethoven le supusieron el mayor obstáculo
para conseguir el reconocimiento del público parisino. Para Berlioz,
la música estaba muy inserta en su vida, sin líneas de demarcación
entre ellas. Como lo había sido Beethoven, Berlioz era un músico
total, en cuya obra -en cada nota- encontramos una resonancia de los avatares
de su vida. Estamos ante un compositor verdaderamente romántico
-o furioso en conceptos de la época-.
No sólo fue la música
del genial sordo de Bonn la que desató el talento de Berlioz,
sino también -y no en menor medida- el contacto con Shakespeare
y con Goethe. Lo que conmocionó a Berlioz de Beethoven fue
el uso de la orquesta con finalidad dramática, así
como el tratamiento
de sentimientos en música sin acompañamiento vocal. Desde
1828 consideró a Beethoven su maestro y fuente de inspiración,
persiguiendo la continuidad musical a partir de la última obra del
alemán. Esto es, la música había pasado desde Beethoven
a Berlioz, o definido en otras palabras: Beethoven había
traspasado a Berlioz lo que había aprendido de Mozart.
Berlioz abrazó a
Beethoven por su dominio de los elementos dramáticos, huyendo de
esta forma de las influencias italianas, más pendientes de lo melódico
y del bel canto. También adoptó de Beethoven la técnica
de interconectar los movimientos de la sinfonía, de tal forma que
un mismo tema se mueve por toda la obra, apareciendo en variadas formas.
Será el aspecto orquestal,
uno de los que sufre una mayor renovación en manos de Berlioz. Es
llamativo en un compositor falto de formación pianística,
lo que hace que prime en su obra lo melódico, y no lo armónico,
como suele suceder en los compositores - pianistas. La armonía
tiene en Berlioz una función expresiva, no estructural. En este
sentido, ya un biógrafo apuntó que todo en Berlioz
es cantabile. Así, su obra transcurre por lo horizontal más
que por lo vertical, aunque, curiosamente, será con
él con el que la orquesta se desarrolle hasta llegar a ser
lo que hoy conocemos como orquesta moderna.
La ampliación orquestal
fue considerada por sus conteporáneos como exagerada, imposible
o sencillamente ridícula, hasta el punto de que se llegaron a distribuir
caricaturas del músico dirigiendo lo que supuestamente
sería la orquesta Berlioz, en las que tanto él como
los instrumentistas quedaban exahustos. Cabe mencionar la incorporación
a la orquesta de instrumentos hasta entonces limitados a pequeñas
apariciones: el arpa, el saxofón, el corno...
La opinión de otros
* César Frank: La obra de Berlioz es un catálogo
de obras maestras.
Escritos
-
Grand Traité d'instrumentation et d'orchestration modernes (1843).
Editado por Schonenberger, París (1843).
-
Le Chef d'orchestre: Théorie de son art. Editado por
Schonenberger, París (1856)
-
Voyage musical en Allemagne et en Italie (1843) Editado en
dos volúmenes en París (1844)
-
Les soirées de l'orchestre, París (1852)
-
A travers Chants, París (1862)
-
Les grotesques de la musique, París (1859)
-
Mémoires, París (1870)
-
Les musiciens et la musique, París (1903)
-
Numerosos artículos periodísticos en L'Europe Litteraire
(1833); Renovateur (1833-35); Gazette Musicale (1834-40) y Le Journal des
Debats.
Obra completa
-
Obras Completas de H. Berlioz, publicada por F. Weingartner y Ch.
Malherbe, 20 Vol., Breitkopf & Hartel, Leipzig (1900-1907). A menudo,
en este catálogo, se reseña esta edición como B&H
u otras abreviaturas similares.
-
New Berlioz Edition apareció a partir de 1967 editada en
Kassel por Hugh Macdonald y otros.
Y así 1.000 más...